17.8 C
Medellín
domingo, enero 26, 2025

Hermes Manyoma: El Sonero del Amor

Hermes Manyoma Gil, de la dinastía de cantantes y músicos de Cali, Los Manyoma, nacido en las entrañas mismas del tradicional barrio La Floresta, orgánico de la comuna 8, hijo de doña Esneda Gil, quien dejaba a sus pequeños hijos Hermes y Wilson, el mismo que después conoceríamos como Saoko, y se iba a trabajar desempeñando su cargo en la Empresa Productora de Papeles Propal. Mientras ella trabajaba Hermes le pegaba a las ollas y tapas y Wilson con una manguera y una olla, lograba producir un sonido cercano al de una trompeta.

¿De dónde viene toda esa ascendencia musical suya?

La familia estuvo cercana a gente de música, personas en las que en sus casas no podía faltar la música para bailar a todo timbal. Una de esas casas, de gran arraigo rumbero, era la de don Leovigildo Aguilar, quien trabajaba en Empresas Públicas de Cali, Emcali, y era un músico llegado de Andagoya y efectivo en el clarinete, la flauta y el saxofón. Él era esposo de una hermana de mi mamá, la tía Venancia.

Leovigildo era padre de un gran músico y folclorista de Cali, el maestro Cesar Flasminio Aguilar. Cuando pasamos al barrio Municipal, llegamos a la casa de los Burbano, unos músicos que habían llegado de Pasto. Allí llegaban Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo con sus músicos. Recuerdo que uno de los músicos de Olimpo, Saulo, era enamorado de una vecina nuestra a quien le decían La Gata. Fueron muchas las serenatas en las que escuché a Olimpo Cárdenas y a Julio Jaramillo, cantándole en la ventana a La Gata.

¿Cómo descubrió su deseo de ser músico?

Con el tiempo empecé a darme cuenta que lo mío era siempre tirado hacia la música. En la 34 con 12 estaba la familia Night, muy amigos de mi mamá y gente muy aficionada a la música. Íbamos a la casa de los Cachimbos, de Juan Cachimbo, hermano de Ceferino Cachimbo, que era un brujo o un chamán muy famoso aquí en Cali, por curar el maldeojo a los niños. Doña Uva Aguilar, hermana de Leovigildo, y el señor Juan Cachimbo, quien era radiotécnico, eran mis padrinos de bautizo.

Los Aguilar y los Cachimbo eran los rumberos de aquella época. Me encantaba la música, pero lo mío y lo de Wilson, era el fútbol. Pero como son las cosas, donde llegaba había música. Si llegaba a donde los Aguilar, había música, igual pasaba cuando llegaba a donde los Cachimbo o donde los Burbano. Todo muy sabroso, pero no pensaba dedicarme a la música. Ya en el barrio El Troncal, Wilson Manyoma, mi hermano, se hizo músico porque un familiar de los Night le vio la cualidad de cantar.

En el patio con Wilson teníamos una tina a la cual Wilson le conectó una manguera y él soplaba haciendo el sonido de trompeta. Él lo hacía y yo cantaba. Pero como Wilson siempre ha sido muy rebelde y en esa época se desjució, mi mamá lo mandó al Bagre, Antioquia, con el señor William Night, músico, para que lo aconductara. Allá ellos tenían un conjunto y Wilson empezó a conocer de la música. Cuando regresó, empezó a presentarse en diferentes sitios en la ciudad y ese conjunto lo contrataban y Wilson, siendo un niño, cantaba ahí.

¿Usted cuándo inicia en la música a nivel de presentaciones?

En una venida desde El Bagre, Wilson le dijo a mi mamá que él no quería volver para allá. Mi mamá decide dejarlo aquí. Resulta que los hermanos Osorio, Duval Osorio, saxofonista de Los Supremos, y Leonardo Osorio, trompetista de la Sonora Juventud de aquel tiempo, vivían a dos casas de la casa nuestra, y desde el patio de la casa de ellos, nos escuchan a Wilson y a mí, cantar y tocar.

Así es que, una vez Wilson iba hacia la cancha de fútbol de Icolapiz, luego llamada Monark, que quedaba en el Barrio El Troncal, y se encontró con el trompetista de la Sonora Juventud, Leonardo Osorio, quien lo invitó a un ensayo con ellos. Con balón en mano se fue a la casa de la familia Quiñonez, donde era el ensayo, y cantó unos cuatro o cinco temas, entre los cuales estuvieron Cualquiera Resbala y cae y Besito de Coco, entre otros.

Saoko y yo

Wilson tenía 17 años de edad, él es mayor que yo, y lo invitan a cantar en la Sonora Juventud de Santiago Mejía, Lúder Quiñonez, James Córdoba y Enrique Benítez. Wilson se aprendió su música y yo lo oía. Yo comencé a ir a los ensayos de la Sonora Juventud, ya cantando mi hermano Wilson, quien compartía la delantera vocal con Alirio Chará, y allá me ponían a organizar los instrumentos, los organizaba y me iba a jugar fútbol.

Pasados los años, llegó alguien de los Hermanos Ospino, que sin duda era una de las mejores orquestas de Cali, donde cantaba Tony del Mar, quien pasaba en ese momento a La Fórmula 8. Ante esto, invitan a Wilson mi hermano para que entre como cantante con Los Hermanos Ospino. Paralelamente se da que de La Fórmula 8 llaman a Alirio Chará, por lo que la Sonora Juventud se queda sin cantantes.

Yo seguí yendo a los ensayos de la Sonora y seguía arreglando los instrumentos. Un día la Sonora Juventud tenía un baile en La Llave, un sitio de rumba en Palmira, y ese día Rafael Benítez, que estaba ya cantando con la sonora, había empezado a tener problemas de alcohol. Ese día precisamente, nada que llegaba y la orquesta empezó a tocar. En ese sitio nosotros hacíamos cinco salidas, por lo que me tocó resolver cantando yo. Cuando terminamos ya por parte de la orquesta, me dijeron que no más utilería y que yo iba a ser el cantante de la Sonora Juventud, por lo que me pagarían igual que a cualquiera de los músicos. Así empiezo a cantar profesionalmente.

¿Cómo aparece la Orquesta La Ley?

En marzo de 1986 viajé a Bogotá, con el ánimo de grabar con la orquesta Guayacán del maestro Alexis Lozano, con quien se pretendía grabar el primer LP. Por cuestiones de programación regreso a Cali y realizo una muestra en el estudio de Luis Nieto con varios de los temas inéditos de mi autoría, con los que recorrí varias casas disqueras con las cuales no pude llegar a ningún acuerdo.

Estando en Bogotá encontré el apoyo del señor Hernando Benavidez, un reconocido periodista que trabajaba para un banco, y él me recomendó con la CBS, actualmente Sony Music, con el maestro Willy Salcedo, quien me firma para que pertenezca a este sello disquero, con quienes realicé mi primera producción, Hermes Manyoma y su Orquesta La Ley – Disparando Salsa. Después de ese disco de larga duración, publicamos los siguientes discos en vinilo: El Sonero llegó, La Rumba se prendió, Decreto Ley y Repite el Son, y los CD Nueva Vida y Preparando los Cueros.

Texto by Oscar Jaime Cardozo (Museo Planeta Salsa) Especial para SalsaConEstilo.com

Artículos relacionados

La Comunidad Salsera

1,834,000FansMe gusta
193,000SeguidoresSeguir
35,700SeguidoresSeguir
37,000SeguidoresSeguir
50,600SuscriptoresSuscribirte
- Publicidad -

Recientes